jueves, 28 de agosto de 2008

LLEGÓ LA CORTE PENAL INTERNACIONAL


La frase cotidiana de que Colombia es el país del sagrado corazón termina por doparnos y creemos que en este territorio todo puede ocurrir y a nadie le duele, no lo digo por pifiar tan alto emblema católico, sino porque han ocurrido tantas cosas sin que aparezcan los culpables que en últimas uno diría como en la vieja comedia del chapulín colorado “¿y ahora quien podrá defendernos?”. Las tristes historias de la parapolitica, de la guerra terrorista que hemos vivido por décadas enteras y de la convivencia que por años se presentó entre ellos y algunos sectores del estado para defendernos de otros terroristas que sin dios ni ley acabaron siendo más tenebrosos que aquellos de quienes supuestamente nos Iban a defender.

Es que la historia de Colombia esta llena de buenas intenciones, en los años 40 la guerra política entre godos y cachiporros hizo que apareciera la guerrilla liberal para defender al pueblo rojo de los abusos del ejercito conservador, llegó el frente nacional que buscaba la paz pero que no logró desmovilizar a toda la militancia de aquella guerrilla, cuya dirigencia con el transcurso del tiempo se transformo primero en marxista maoísta para terminar dejándose embriagar por el dinero del narco, llegando a usar los mecanismos del secuestro y el usufructo de los cultivos ilícitos para subsistir, el dinero a montones les refundo su filosofía y los convirtió terroristas crueles. Para amortiguar su presencia apareció el paramilitarismo, nombre dado por ser un ejercito paralelo al legitimo, al constitucional financiado en principio por empresarios, dirigentes y hombres públicos con el “sano propósito” de defenderse y librar una guerra de baja intensidad, muchos observaron con complacencia la aparición de esta fuerza, pero le ocurrió lo mismo que a los que combatían, se dejaron obnubilar por el cultivo de la droga y pelearon entre si, ya no por derrotarse filosóficamente, sino por el control de los territorios sembrados con cultivos ilícitos. Terminaron igual o peor de crueles que los primeros y el ciudadano del común quedó, como en el pasado, en un juego cruzado donde a ellos siempre les iba mal. Después de la ley de Justicia, Paz y Reparación, aprobada en la búsqueda incesante de la paz, con múltiples quejas de dirigentes nacionales entramos a escuchar de boca de los mismos actores las aterradoras historias de horror, no solo de alianzas políticas para refundar la nación, sino de masacres enteras, escuchamos cifras que van creciendo, mil, dos mil y tres mil fosas de ciudadanos que cayeron en medio de la guerra, alguno de ellos por la sola duda de no saber a que bando pertenecían, lideres asesinados quienes se atrevieron a presentar sus nombres a determinado puesto o corporación pública cuando ya estaba en proceso la refundación de la nación y en medio del aumento de las cifras nos quedábamos estupefactos por que sin importar el número de muertos la pena sería la misma, ocho años, al final lo que importaba era la verdad, más que la reparación. Craso error cubrir la herida sin haberla limpiado. Pero, para impedir que siguieran aumentando la cifra, contando la verdad, de un momento a otro se trasladaron a los jefes paramilitares a EE.UU. por el delito de narcotráfico y no como genocidas, a un país que no ha firmado el tratado de la Corte Penal Internacional, un paraíso para un delito de lesa humanidad.

Por todo lo anterior llegó la Corte Penal Internacional a Colombia, el fiscal Luis Moreno Ocampo, el Juez Baltazar Garzón tienen en la mira la justicia colombiana, viene por un lado a mirar quién tiene la razón en este choque de trenes, si la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía General de la Nación o la visión del gobierno nacional. En el exterior no se ve con buenos ojos un presidente que ofende a los órganos de la justicia y que utiliza su popularidad para quitarle peso a los expedientes; pero más que por lo anterior vienen a verificar si el genocidio que se vivió en el país tendrá la Justicia requerida, la reparación debida y la verdad revelada. Chile esperó treinta años para ver la justicia, tiempo igual los argentinos, Colombia no puede esperar una nueva generación para ver la luz, por ello bienvenida la Corte Penal Internacional para impedir que ello ocurra y garantizar que la herida sane por dentro y por fuera.

miércoles, 27 de agosto de 2008

“Insostenible la permanencia del ministro Valencia Cossio por duda en su neutralidad”

“La presencia del ministro del Interior y de Justicia, Fabio Valencia Cossio, frente a esa cartera es insostenible” así lo aseguró el representante a la Cámara por Risaralda, Juan Carlos Valencia Montoya.


Pese a las declaraciones a los medios de comunicación del ministro Valencia Cossio, en relación a la investigación de la Fiscalía contra su hermano Guillermo León, en las que aseguró que estaría al margen de la investigación que adelantara las autoridades fue opuesta por el Fiscal General, Mario Iguarán, ya que afirma que el jefe de la cartera de Justicia habló con él para que le diera una oportunidad al exdirector de Fiscalías de Medellín, acusado de nexos con narcos, para dar unas explicaciones y para defenderse. Un hecho más que demuestra la incapacidad política que posee el ministro para continuar al frente del ministerio.


Para el representante Juan Carlos Valencia “el cargo que ostenta el ministro Valencia Cossio requiere integridad, aún más, ahora que el gobierno nacional pretende reformar la Justicia. Sin embargo, no está en juicio la honra del ministro, si no, lo que está en duda es la garantía a la institucionalidad del país y a la neutralidad de quien controla el ministerio de Justicia”.

Comunicado del Director Nacional del Partido Liberal Colombiano

El Director Único del Partido Liberal, el señor expresidente de la República, César Gaviria Trujillo, se permite expresar a la opinión pública lo siguiente:

El presidente Álvaro Uribe, vuelve a atacarme con su lenguaje camorrista y pendenciero, en una actitud impropia del Jefe del Estado. Lo hace en un tema en el cual su trayectoria es muy pobre. Le recuerdo que en aquellos días aciagos yo me expresé en centenares de ocasiones en contra de la eliminación de la extradición de nuestra Constitución. Si la Constituyente votó en contra de la tesis del Gobierno no fue por influencia del narcotráfico, sino porque la mayoría ciudadana compró la tesis de que el terrorismo era igual a extradición. La Constitución del 91 tiene un origen limpio en sus decisiones, el presidente no lo va enlodar con sus rabietas. Nunca escuché en aquellos años un solo comunicado o una sola declaración o intervención del entonces senador Álvaro Uribe, a favor de la extradición de narcotraficantes colombianos.

El presidente Uribe no tiene autoridad alguna para darme lecciones en esa materia. En lugar de tender cortinas de humo, el presidente debe dedicarse a explicar el ingreso a la Casa de Nariño, tan fácil y tan frecuentemente, de reconocidos delincuentes del paramilitarismo, con el fin de realizar maniobras contra la Corte Suprema de Justicia. El Presidente debe también explicar a la Corte Penal Internacional por qué deslegitima de manera tan burda y reiterada las decisiones de la Corte Suprema de Justicia, en relación con las investigaciones que ella realiza en contra de los políticos aliados del paramilitarismo.

Es lamentable tener un presidente tan poco ponderado, tan poco reflexivo, tan poco calmado. Que pena que el presidente Uribe se defienda con su rabia y no con su inteligencia. Cada día lo vemos más alejado del respeto al Estado de Derecho, al que está obligado como presidente de la República.

César Gaviria Trujillo. 26 de Agosto de 2008

martes, 19 de agosto de 2008

UN MES NO MUY SOCIAL



El mes de agosto no será recordado de buen agrado por el gobierno Uribe, ni mucho menos por un sector de los colombianos, inició con el debate de los distribuidores de leche cruda, los que representan el 30% de ese mercado en el país, principalmente campesinos que tienen en su pequeña parcela una o dos vacas para leche, a quienes de un momento a otro el Ministerio de Protección descubrió que la leche cruda era perjudicial para la salud de los consumidores, un hecho que no refutamos pero que creemos se demoraron 40 años en deducirlo y por ello intentaron recuperar el tiempo perdido suspendiendo su venta de un momento a otro, sin previo aviso y sin concertar con los afectados. La venta de leche cruda no es mala per se, es deber del estado enseñar su uso correcto, capacitando a la comunidad, como a la fecha se ha venido haciendo con la imperiosa necesidad de hervirse antes de su consumo, y es deber del estado controlar su sana distribución. Después del paro de los lecheros, del enojo de los grandes empresarios que defienden la medida porque en ella ven la oportunidad de aumentar sus ventas y de un debate tardío, el ministerio aplazó la entrada en vigencia de la norma y fijó nuevos plazos sin mencionar cómo apoyará la reconversión de los campesinos que no tienen más experiencia que su propia vivencia.
El paro de los transportadores, quienes cansados de las frases rebuscadas del Ministro de Transporte decidieron anunciarle a todos los colombianos el drama que están viviendo, creo como muchos que este mercado no debe estar intervenido por el gobierno, deberían ser las fuerzas del mercado, quienes de manera automática regularan los fletes de su movilidad. No puede depender de un decreto su reglamentación, porque un año es mucho tiempo para evaluar el comportamiento del mercado, no comparto los actos vandálicos de una parte del sector contra los que no se acogían al paro, pero lo que en el mes de julio se habló y que detuvo el primer conato del mismo y con el compromiso del Dr. Álvaro Uribe fue incumplido como tantas otras cosas motivando y generando 16 días de no movilización. Al final se levantó el mismo y el gobierno ordenó un plan de chatarrización, que si se hubiera hecho con antelación nos hubiera ahorrado unos cuantos miles de millones de pesos a todos los colombianos. Al final del debate quedó el sinsabor de que el narcotráfico también permeó este sector de la economía y es el principal culpable del incumplimiento de los fletes, el gobierno tiene ahí la palabra, no puede salir con la retórica frase que es deber del ciudadano denunciar cuando todos sabemos que tras de ello esta la vida y honra de muchos, es su deber investigar, actuar e informar.
El 14 y 15 de Agosto se realizó en Cartagena la Asamblea Nacional de Fendipetroleo, donde este gremio se quejó una vez más por la no presencia del señor presidente de los colombianos, seis años llevamos esperándolo, y aun lo seguiremos esperando, dijo su presidente en el acto inaugural. La espera no era para hablar en contra de su reelección ya que ahí un sector comparte la extraña concepción de democracia, era para hablar de la reducción del margen de utilidad de su negocio, según ellos en cinco años pasó del 11% a un 5,6%, del manejo no claro en la asignación de cuotas de distribución de gasolina, máxime en los municipios controlados por el ejercito, por ser este un producto apetecido por los terroristas para la elaboración de la droga maldita, pero como siempre tras una loable acción una terrible consecuencia, al control de la venta aparecen los intermediarios para los productores sanos a quienes les cuesta este nuevo actor del mercado 1.8 billones de pesos al año, dinero distribuido en coima que nada encaja con el ideario anticorruptor de este gobierno. El gremio esperaba la respuesta del señor presidente y más que ello una pronta cura para un gremio que parece perder inyección por la paquidermia del gobierno.
Este no fue un buen mes para el gobierno, y mucho menos para los colombianos, no fue el mes de lo social, fue el mes de los paros, los reclamos, la rabia en el corazón de unos ciudadanos que acompañaron un gobierno y sienten que a este le falta corazón grande.
JUAN CARLOS VALENCIA MONTOYA

sábado, 16 de agosto de 2008

Cayó el Telón...

"Con gran tristeza registramos el fallecimiento de Fanny Mickey la reina del teatro en Colombia, una gran pérdida para las artes escenicas de nuestro pais, mujer ejemplo de tenacidad, de capacidad de trabajo y de amor por Colombia. Paz en su tumba".


Así manifestó su sentimiento de pesar el congresista Juan Carlos Valencia ante la noticia de la muerte de la fundadora del Teatro Nacional.

miércoles, 13 de agosto de 2008

“LA ELECCIÓN DE MAGISTRADOS BUSCA CONVERTIR A COLOMBIA EN UNA PARCELA JURIDICA”

Según el representante a la Cámara, Juan Carlos Valencia Montoya, la terna escogida por el Presidente de la República y enviada al Congreso, para que el legislativo decida quién es el nuevo magistrado de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, ha dado inicio al proceso de politización de esta rama del poder público, en la cual sólo participan los partidos de gobierno.

En esta ocasión fue elegida la abogada, Julia Emma Garzón, quién hace parte de la terna enviada al Congreso como cuota política del partido de la U, movimiento mayoritario de la coalición de gobierno.

A su vez, los partidos, que representan la mayoría de la coalición, han hecho estas postulaciones ante el presidente Uribe para las elecciones de los otros magistrados del Consejo Superior de la Judicatura y el Defensor del Pueblo; “esto convierte al país en una gran finca, la cual fue dividida en parcelas de poder, que van a ser entregadas a los movimientos políticos de la bancada de gobierno, yendo en contravía de la Constitución Política, que permite a todos los ciudadanos participar en el poder público”, asegura el representante Valencia Montoya.

“La Justicia es el péndulo de la balanza en cualquier democracia, si ella empieza a actuar dependiendo de factores políticos estaremos caminando hacia una verdadera hecatombe, pues desaparecerá quien debe darle la garantía a todos los ciudadanos”.

Sin embargo, esto es un proyecto que condiciona las elecciones que se acercan de seis magistrados de la Corte Constitucional, el Procurador General de la Nación, los nuevos comisionados de la Comisión Nacional de Televisión y la junta del Banco de la República; ya que, la forma como se va a escoger los candidatos será la misma y, “dónde queda la pluralidad política, la independencia del poder judicial, la cual está cada vez más cerca al administrativo?, lo que visibiliza al país como una gran parcela subdividida en unas cuantas fracciones entregadas a los grupos políticos de coalición del gobierno del presidente Álvaro Uribe”. Advierte, el representante a la Cámara por Risaralda y miembro del partido Liberal, Juan Carlos Valencia Montoya.

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viernes, 1 de agosto de 2008

“Hay que Frenar la Tasa de Interés, Apoyo la Independencia del Banco de la República”


“Hoy no se puede permitir un choque entre el Gobierno y El Banco de la República, como ya ocurrió con las altas Cortes”; afirmó el Representante Juan Carlos Valencia, al referirse al rifirrafe actual entre el ente emisor como lo denomina el congresista, el Banco de la República y el Estado mayor colombiano.

Para el congresista risaraldense, llegó la hora de que todos los factores políticos y económicos del país puedan mandar mensajes claros de independencia y autonomía sobre el hecho de que el banco se haya separado del sector central, teniendo en cuenta que antes de la constitución del 91 el gobierno cobraba el déficit como emisión de dineros, en donde al mismo tiempo recaudaba sus errores monetarios fiscales con practicas financieras; “es así y de esta manera como se localiza la principal función del Banco, que es velar por la política monetaria, función que enmarca la inflación, el desempleo, la revaluación y la devaluación de la moneda”; la precaución que advierte el representante que hay que tener es no caer en la “estanflación”, que indica que hay una alta inflación y una exuberante tasa de desempleo.

Al mismo tiempo, Valencia destacó que el subir la tasa de interés genera un ahorro interno, porque desestimula la compra del mercado colombiano, pues hoy el interés que se maneja es del 10% efectivo, equivalente a un 18% nominal, al comparar la tasa con la de estados unidos de un 3%, genera un estimulo al capital extranjero a invertir en Colombia, “sería un arma de doble filo, pues los empresarios podrían llegar a cerrar sus empresas porque no tienen como pagar los intereses”, determinó el congresista.
Para el Representante Valencia, el capital extranjero genera más revaluación, porque son muchos dólares para un mercado que no lo capta, y de ser así, los exportadores no reciben lo mismo porque bajan sus productos y el costo de los mismos, originando desempleo masivo.