Ministro de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, cuando le hablen de hipopótamos: escuche
Parece mentira, en pleno siglo XXI la raza humana no es capaz de manejar un King kong, me refiero al debate múltiple que generó la caza del hipopótamo Pepe, los dos extraviados y la manada de 28 en la Hacienda Nápoles.
Después de la visita de expertos sur africanos a nuestro país, detenidamente he revisado este tema de origen natural que establece aparentemente un problema crítico de especies que todos sabemos, son invasoras, honestamente, me declaro defensor primario frente al tema del maltrato animal, sin embargo, cuando he estudiado el problema más de cerca, me detuve a investigar con conocedores colombianos si esto era un crimen con la naturaleza o era una posible solución muy mal manejada.
Tiempo después y gracias a la explicación científica de un biólogo experto y cercano al tema, supe que uno de los principales problemas y causas de la pérdida de diversidad en la actualidad es el movimiento de especies, esto quiere decir que devolver los mamíferos africanos no sólo le representa un problema y peligro a quienes los cace, sino también un costo altísimo para el país, pues según el Dr. Pete Morkel, uno de los sabios sur africanos que recorrió la región del Magdalena por siete días, la captura de cada hipopótamo cuesta cerca de 80 millones de pesos sin contar con que sería muy arriesgado para el equipo de captores.
Partiendo del concepto científico según el cual algunas especies suelen convertirse en invasoras de los hábitat como sucedió con los ejemplares de origen africano en nuestro país que empezaron a ocasionar problemas ambientales, se conoce que desde hace 150 años se han producido verdaderas catástrofes ecológicas debido a la introducción de especies exóticas y en algunos casos invasoras en ecosistemas con una alta biodiversidad, dejando en peligro nuestra inmensa riqueza de flora y fauna.
Para Colombia el Instituto Alexander von Humboldt ha desarrollado el diagnostico preliminar de las especies invasoras reportando aproximadamente 15 especies a la fecha entre animales y vegetales.
A pesar de que el Hipopótamo no está considerado como una especie invasora, en nuestro país la presencia de estos mamíferos de origen africano ha generado una enorme preocupación, al punto de que después de varios años de reuniones se consideró aplicar una de las figuras de control establecidas en la legislación ambiental colombiana, con la cual se buscaba que las especies que no pertenecieran a la diversidad biológica del país pudieran ser controladas de manera selectiva, previniendo cualquier impacto negativo sobre el ecosistema o sobre las población humana.
Según lo recomendado por los expertos sur africanos en manejo de vida silvestre que visitaron los sitios donde se encuentran en condiciones “silvestres” pero no nativas, los hipopótamos introducidos al país, la caza selectiva de control y los procedimientos de esterilización son la única medida posible de manejo efectivo para estos individuos que según lo reportado por el Dr. Pete Morkel, son los responsables del mayor numero de victimas humanas por ataques de animales silvestres en África.
Así pues, como el deber de las autoridades y de todos los Colombianos es proteger nuestra enorme y desconocida riqueza biológica, se debe encontrar una solución efectiva y pronta para evitar que estos hipopótamos se sigan reproduciendo sin control alguno y se desarrolle un plan de monitoreo y esterilización para los individuos que no sean sacrificados.
Cabe anotar al final que después de la perdida de hábitat, las especies exóticas y de ellas las invasoras son consideradas el segundo motivo de extinción de la biodiversidad mundial debido a que pueden causar graves daños a los ecosistemas, ocasionar desequilibrios ecológicos entre las poblaciones naturales, alterar la composición de las especies silvestres y del paisaje, provocar transmisión de enfermedades y afectar la salud humana, además de producir impactos negativos en actividades económicas.
Espero que el Ministro Costa y su equipo de trabajo acojan las recomendaciones dadas por estos expertos, que sí son los que saben del tema, actúen con diligencia y detengan una amenaza ambiental que está poniendo en riesgo la vida de las demás especies y hasta la misma humana. No podemos esperar que se convoque a un Consejo Comunal para decidir como actuar, el Ministerio del Medio Ambiente ha sido lento a la hora de la decisión, mientras dos animales peligrosos están sueltos en las montañas antioqueñas y no ha actuado sobre la manada, creo que el gobierno debe capturar a como de lugar frente al peligro que representan dos de estos animales que están sueltos, así ello implique su sacrifico; no hay que hacer un show pero si actuar y encerrar en un espacio no menor a 70 hectáreas, alejados de los ríos para evitar posibles fugas e iniciar un proceso de castración sobre los machos. El cuidado de la especie, que yo defiendo, no riñe con la seguridad del ser humano, y el gobierno tiene la obligación de actuar ya.