Por estoy días está caliente el tema del pago del impuesto predial en Pereira, caliente, no por ser el mes en que se realiza los cobros de un impuesto necesario para el funcionamiento normal del municipio, sino por lo excesivo del incremento que le llegó a unos (no se si cientos o miles) propietarios de predios de la ciudad. Uno podría caerle encima al señor alcalde por estos excesivos aumentos, pero bien podría antes intentar evaluar los aconteceres.
La ley ordena realizar actualizaciones de los avalúos catastrales cada cinco años, actualización que no corresponde al aumento del IPC que anualmente se le hacen a dichos valores, sino que corresponde a una revisión presencial de las viviendas para verificar los cambios en la tipología de la misma o, si ella tuvo ampliación de su área construida, se espera que tengan mayor valor las viviendas que en los últimos cinco años tuvieran ampliaciones, o aquellas que pasaron de lote a casa; aunque si mal no recuerdo, en el código fiscal del municipio se tenía contemplada una tasa más alta para los lotes sin construir que las mismas viviendas, buscando desestimular los lotes de engorde de la ciudad, máxime que en la actualidad escasean los terrenos para vivienda de interés social.
Es de esperarse que el grito sea mayor en los propietarios que invirtieron su dinero en la mejora de su propiedad que en aquellos donde en los últimos años no se presentaron cambios sustanciales; sin embargo, al recorrer uno los barrios de la ciudad se encuentra con casos, espero aislados, de gente que muestran recibos del predial con aumentos superiores a un cincuenta por ciento cuando no tuvieron mejoras notorias en sus propiedades y es en estos casos donde la alcaldía debería prestar el debido interés y no pronunciar la tradicional frase "paguen y después reclamen", no nos pueden decir que las mejoras viales de la ciudad, que en realidad no se sienten, han generado una mejor calidad de vida y que ello repercutió en el mayor avalúo; es deber del Estado y aquí, del Instituto del Agustín Codazzi, estar atentos a prestar el pronto apoyo, por que si bien el ciudadano en renuente a pagar impuestos máxime cuando siente que lo que paga no se le retribuye en mejor calidad de vida, también es cierto que debemos revisar uno a uno los casos y responder uno a uno los reclamos.
En los avalúos excesivos debemos exigirle al Agustín Codazzi la revisión y rogar al todo poderoso que ahora que empieza la valoración en Dosquebradas aprendan de una vez a evaluar correctamente. Pero, lo que si le compete a la alcaldía, una vez revisado el impacto que tiene la nueva valoración en la ciudadanía y considerando que el año 2.009 no es tan boyante como los anteriores, es evaluar la base sobre la cual se aplicará el impuesto a cobrar.
En anteriores gobiernos, cuando el aumento era considerable se tasaba el impacto aplicando la base tributaria sobre el 80% del valor del inmueble el primer año de la valoración y el 100% en el segundo año, así se mantenía vigente la cultura de pago y se actuaba con justicia frente a los ciudadanos. Es ahí donde la alcaldía de las oportunidades debería haber intervenido, no ha refutar los avalúos, ello le compete a un organismo técnico que tiene experiencia en su profesión, pero si ha realizar la interventoría necesaria para verificar las quejas de aumentos desaforados y, en concordancia con el concejo municipal, discutir una base tributaria para el año en que entró a operar; lástima que para el actual ya no sea posible cambiar la base, fallaron los asesores y no hubo oportunidad para la discusión en el concejo, pero si ello ya no se puede, se debe abrir de antemano el debate sobre las nuevas valorizaciones que vienen, una vez se defina las nuevas obras viales de la ciudad, a un alto avalúo vienen unas altas valorizaciones; la ciudad siempre ha pagado las obras viales, pero no sé si en tiempos de crisis y después de este castigo al bolsillo nuestros propietarios tengan capacidad de pagos adicionales; el anillo longitudinal es necesario, la obra del megabús colapso la treinta de agosto, pero ¿se justifica un nuevo golpe a los bolsillos de lo pereiranos?, yo no lo creo, sobretodo cuando en la actualidad no se han concluido las obras por el cual los pereiranos pagaron las últimas valorizaciones, la Avenida de la Independencia y la vía alterna al parque industrial están todavía en pañales. La alcaldía tiene la respuesta, abramos el debate.
Juan Carlos Valencia Montoya