Es indudable que la derrota golpea, ¿quien trabaja para perder?, pero debemos aceptar el decisión del constituyente primario, así esta decisión este llenas de dudas y de incoherencias.
Mi partido El Liberal, perdió su curul en el Senado de la República y una de sus Cámaras, las rencillas entre nosotros no nos permitió ver el caos que venía,el contubernio con la burocracia de muchos actores, llevó a que escondieran la bandera roja en el cuarto de baño de sus casas y con vergüenza ajena no defendieran los senados en los que ellos creían, no pedíamos que defendieran el nuestro, ya que no teníamos la capacidad económica ni burocrática que sus apetitos exigían, pero si, como liberales que eran, que lucieran con orgullo los nombres de sus senadores para que la opinión publica los conocieran, no actuaron en concordancia con su pensamiento y como amantes escondieron a la musa de su inspiración. Ya ello es una realidad, no vamos a reclamar la derrota como culpa de ellos, lo hicimos convencidos que los principios liberales no se entregan, no se esconden y que al partido debemos devolverle lo que él nos ha dado, el liberalismo nos lo dio todo y por ello salí a airear sus principios con toda la fuerza de mi alma, ahora solo queda seguir la lucha.
Mi partido El Liberal, perdió su curul en el Senado de la República y una de sus Cámaras, las rencillas entre nosotros no nos permitió ver el caos que venía,el contubernio con la burocracia de muchos actores, llevó a que escondieran la bandera roja en el cuarto de baño de sus casas y con vergüenza ajena no defendieran los senados en los que ellos creían, no pedíamos que defendieran el nuestro, ya que no teníamos la capacidad económica ni burocrática que sus apetitos exigían, pero si, como liberales que eran, que lucieran con orgullo los nombres de sus senadores para que la opinión publica los conocieran, no actuaron en concordancia con su pensamiento y como amantes escondieron a la musa de su inspiración. Ya ello es una realidad, no vamos a reclamar la derrota como culpa de ellos, lo hicimos convencidos que los principios liberales no se entregan, no se esconden y que al partido debemos devolverle lo que él nos ha dado, el liberalismo nos lo dio todo y por ello salí a airear sus principios con toda la fuerza de mi alma, ahora solo queda seguir la lucha.
Quienes piensan que estamos derrotados, están muy equivocados, en la política siempre hay posibilidades para perder, Yo ya había bebido de la victoria en cinco oportunidades anteriores, en cabeza propia, mi Dios me quiso enseñar la derrota para que entendiera lo que ello significa, por ello no reniego de la profesión que escogí. Cuando uno viene de los sectores de donde venimos, de la cuna de la pobreza, solo queda gratitud con el creador y con los conciudadanos que nos han acompañado durante tanto tiempo, hemos conocido la pobreza, hemos ayudado con decoro a los sectores de donde venimos, hemos acompañado gobiernos sin que ello implique dejar de pensar y hemos estado en la oposición sin caer en el apasionamiento, 43 años que cumpliré en el mes de abril, 24000 votos obtenidos en la ultima elección son el principio para continuar la lucha, ¿para donde?, aun no lo hemos decidido, tantas preocupaciones tiene mi ciudad que debemos entre todos trabajar por encontrar puntos de encuentro, Yo estaré donde las circunstancias lo aconsejen, lo que si puedo asegurar es que sigo vivo, con ganas de luchar y agradecido con los risaraldenses que por tanto tiempo me han acompañado.
Hoy y Siempre pueden contar conmigo, con mi estilo, que muchos acusan de débil, algunos me aconsejan ser menos bueno, o más malo, que la decencia en la política no trae nada bueno y que los ciudadanos no votan por la gente decente, pero lo que Yo represento es un estilo en la política, es darle a la gente la posibilidad de votar con la seguridad que nunca les dará vergüenza decir que depositaron el voto por nosotros. Por ello, seguiré inquebrantable en mi labor social y en mi estilo de hacer política, A todos los que confiaron en nosotros, mil gracias y a los que no, también, por que ellos nos enseñaron que siempre se debe mejorar
Juan Carlos Valencia Montoya