ECONOMÍALa pobreza bajó a 45,5 por ciento en 2009, después de estar en 46 por ciento en 2008 y la indigencia descendió de 17,8 a 16,4 por ciento. Sin embargo, aunque hay una mejoría todavía los indicadores son muy elevados.
Todos los pronósticos indicaban que la crisis de la economía mundial aumentaría los niveles de pobreza en el mundo, principalmente en las economías llamadas emergentes. Para la Comisión Económica para América Latina, Cepal, en la región la pobreza aumentó 1,1 puntos o el equivalente a 9 millones de personas y la indigencia creció 0,8 puntos o en 5 millones de personas.
Pues bien, en Colombia, sorpresivamente, los indicadores muestran que no se presentó un deterioro mayor en las condiciones de pobreza, por el contrario, hubo una mejoría entre 2008 y 2009.
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Desempleo disminuyó a 11,8 % en marzo
Las cifras que reveló este viernes la Misión para el Empalme de la Series Empleo, Pobreza y Desigualdad (Mesep), de la cual hacen parte la academia y expertos del Dane y Planeación Nacional, se resumen así: A nivel nacional la pobreza (los que viven con menos 281.384 pesos mensuales) bajó de 46 por ciento a 45,5 en el último año. La indigencia se redujo de 17,8 a 16,4 por ciento, lo que equivale a que 550.000 personas salieron de la extrema pobreza (los colombianos que viven con menos de 120.588 pesos mensuales). El coeficiente de Gini que mide la desigualdad del ingreso disminuyó 1 punto en este mismo lapso de tiempo. Pasó de 0,589 en 2008 a 0,578 en 2009. Por área geográfica, la reducción de la inequidad fue más pronunciada en las zonas rurales que para las ciudades.
Pero, ¿qué explica este comportamiento aparentemente contradictorio en Colombia?
Los expertos de la Misión y el DNP señalan que hay razones evidentes para que la pobreza se haya reducido en medio de una economía que prácticamente no creció el año pasado (0,4 por ciento) y cuando el desempleo siguió en ascenso.
En primer lugar, en la medición de pobreza por ingreso, los alimentos tienen un peso muy importante. El aumento del desempleo y la caída del ingreso de los hogares se vieron compensados con el efecto de los precios de los alimentos. En este caso, la inflación en Colombia en el año 2009 fue históricamente baja: 2 por ciento. El año pasado, el valor de la canasta básica de alimentos que se toma como referencia para estimar el porcentaje de personas en extrema pobreza se redujo. Entre 2007 y 2008 los alimentos sufrieron un fuerte incremento, lo que les quitó dinero disponible a los hogares en esos años.
Por otro lado, una tesis que se ha analizado es que la crisis afectó en mayor grado a los ingresos altos. Las crisis financieras golpean a los inversionistas con crudeza y en este segmento la población de ingresos bajos no es mucha. Pero también la crisis fue más urbana que rural, y por esta razón, los indicadores de pobreza e indigencia no se deterioraron más de lo que estaban. De hecho, dice el director de Planeación Nacional, Esteban Piedrahita, que las 13 áreas metropolitanas presentaron resultados menos favorables, reflejando los efectos de una crisis que fue primordialmente industrial, financiera y urbana.
Según los datos para extrema pobreza, las mayores reducciones se presentaron en Ibagué, Bucaramanga y Manizales. En pobreza las mayores reducciones se presentaron en Bucaramanga, Ibagué y Manizales.
En la medición que se acaba de divulgar no se tuvo en cuenta el impacto de los programas de asistencia social del gobierno. Según cálculos del DNP, con base en la Encuesta de Calidad de Vida de 2008, el efecto generado por la totalidad de subsidios otorgados (monetarios y no monetarios) reduciría la pobreza en cerca de 14,4 puntos porcentuales frente a la medición por ingreso.
Situación aún es preocupante
Ahora, si bien es cierto que hay una mejoría en el último año y la primera década del siglo XXI, todavía los indicadores de pobreza e indigencia son muy elevados. Que cerca de 20 millones de colombianos vivan bajo la línea de pobreza es muy preocupante e impone grandes desafíos.
Para Jorge Iván González, del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional, la reducción reportada este viernes por el Mesep está acompañada de un aumento del número absoluto de pobres.
Este contraste, añade el experto, entre un dato favorable, como es la disminución de la incidencia de la pobreza, y un dato que no es bueno, como el aumento de la pobreza absoluta, permite concluir que “la situación es dramática”.
“La disminución de la pobreza no corresponde a una dinámica de la economía nacional excelente, sino a un factor como la caída de los precios y a elementos muy asociados a la economía especulativa, pero no realmente a una dinámica industrial y productiva”, dice González.
Con crecimiento del PIB de tres por ciento como se prevé en los próximos tres años, será muy difícil lograr mejorías. Como dice el empresario Nicanor Restrepo Santamaría se necesita crecer por encima del 5 por ciento para bajar la pobreza. Así lo han hecho países como Perú en donde la reducción de la pobreza entre 2002 y 2008 fue 18 puntos porcentuales. El marcador para el nuevo gobierno arranca alto, por lo tanto sus desafíos en materia social son grandes.