domingo, 8 de junio de 2008

COLOMBIA ES MAS GRANDE QUE BOGOTA


Muchas de las leyes que aprueba el congreso de la república no operan porque la gran mayoría de los ciudadanos las desconocen, alguien dirá que su desconocimiento no sirve de excusa, pero ello es valedero cuando la ley lo que hace es obligarlo a hacer algo, o reprimirle cierta actitud frente a la sociedad, pero cuando la misma le da un derecho o una oportunidad, si este ciudadano no la conoce, pues no la reclama y para el gobierno, a veces es mejor que no hayan solicitantes para no acrecentar el gasto social, como la ley que acabamos de aprobar frente a las mujeres cabezas de familia. Pero también, muchas leyes no operan porque desconocen la realidad social, y es que en el papel es muy fácil escribir, pero a la hora de aplicar es cuando aparecen las contradicciones o dificultades y el ciudadano del común cuando se entera busca evadirla porque encuentra que ella no tiene cabida en su realidad geográfica. Lo anterior ocurre porque muchas veces quienes las redactan lo hacen en las oficinas frías de la nuestra capital, desconocen la otra Colombia y sienten que nuestra geografía llega solamente hasta Chapinero, no pasa de Chía y cuando se arriesgan a mirar más allá, solo ven a las capitales de los diversos departamentos. Por ello el Congreso de la República realiza foros, convoca a sus comisiones constitucionales a diversos municipios de Colombia con el fin de discutir sus leyes, de conocer su problemática, de llevar a los altos funcionarios y ponerlos de frente con la realidad de la Colombia provincial, algunos de ellos lo llaman politiquería, para ellos su presencia se requiere solo donde este el Presidente, al fin y al cabo es a quien, según ellos le deben el puesto, claro que esto no es un ejemplo común, muchos, como dije en un principio tienen el servicio público como estilo de vida, pero estos últimos dañan la imagen e inducen a redactar leyes inoperantes.


En días pasados, el 6 de Junio, buscando acercar el debate de la ley que estudia el congreso sobre el nuevo código de minas, por iniciativa propia, convoque a un Foro Minero en el municipio de Quinchía (Risaralda), pude haberlo convocado en Pereira, su capital, muy seguramente hubiera estado muy concurrido el sitio, la prensa lo hubiera acompañado con mayor facilidad y los diversos organismos del gobierno encargados de debatir el tema hubieran asistido encantados, pero si las minas están en otro lado, ¿por que no hacer el foro donde esta la gente, los topos de mi país que comen la tierra para sacar unos granos de mineral?, ¿por que en lugar de escuchar las cifras importantes de los 5.000 millones de dólares de exportación que mueve este sector, el cual representa el 2.6 % del PIB, escuchamos a los de la pequeña minería, que sienten que viene el gran capital a acabar sus sueños?, ¿por que en lugar de hablar sobre que en las minas tradicionales de Colombia trabajan muchos menores de edad, hecho que reprobamos, no escuchamos como la gran minería no acepta como trabajadores a los hombres que pasan de 40 años?, ¿en que puede laborar un minero después de esta edad, cuando no ha hecho otra actividad en toda su vida?. Por ello fue convocado el Foro en Quinchía, con la participación de nuestra alcaldesa Alicia Palacios, quien trabaja por convertir a un territorio estigmatizado en Distrito Minero de Colombia, estuvo la Gobernación del Risaralda, las autoridades ambientales, intentando explicar porque lo que para los mineros representa el palo en la rueda no es otra cosa que buscar un equilibrio con el ecosistema, estuvo el Ministerio de Minas y Energía, en cabeza de la Dra. Beatriz Duque, Directora de Minas del Ministerio, quien tiene el código en la cabeza y a quien veo intentando convertir la minería en motor del desarrollo colombiano. No estuvo el director nacional de Ingeominas, Dr. Mario Ballesteros, no se porque motivos, tengo una dualidad, por que Quinchía quedaba a dos horas de Pereira, el sentía, así me lo dijo que hubiera sido más fácil en Pereira, no perdería tanto tiempo, o por miedo, si miedo a la violencia, miedo al secuestro, miedo a los motines, también me lo dijo. Cada uno es dueño de su miedo, pero que un alto funcionario del gobierno no conozca que en Quinchía las cosas cambiaron, que ignore que la política de seguridad democrática del gobierno que él representa le trajo tranquilidad a este territorio si deja un triste sabor. Menos mal, que al final el municipio tuvo su Foro, los mineros fueron escuchados, los parlamentarios que asistimos tenemos nuevos ingredientes para la discusión del mismo y el Gobierno nacional hizo presencia. Señor Presidente, una solicitud respetuosa, que a nuestros funcionarios públicos les informen en el momento de su posesión las coordenadas de Colombia, los sitios donde gobierna el estado y su obligación de hacer presencia nacional, solo así tendremos leyes de obligatorio cumplimiento, pero por encima de lo anterior no les daremos espacios a los violentos para cautivar incautos.

No hay comentarios: