Un Nuevo Amanecer en Bogotá

Eran las 10:50 de la mañana del 29 de mayo, un jueves con cara de sábado porque se iniciaba un paseo capitalino; fueron ingresando una a una las 82 personas de la tercera edad, para algunos, su primera visita a Bogotá, para otros, un viaje más con la expectativa de acabar de conocer esa gran metrópoli de la que se habla allá en Pereira.

Agradecidos por la invitación y al mismo tiempo contando sus aventuranzas del viaje, que demoró un tiempo de nueve largas horas, fueron ingresando a su sitio de hospedaje y tomando el desayuno….debían saber que recuperarían fuerzas porque les esperaba un extenso día en la capital.

Después de organizarse en sus respectivas habitaciones, la delegación “Un Nuevo Amanecer, Comuna del Café”, salió rumbo a la famosa “Plaza de Bolívar” en el centro de Bogotá, los fotógrafos que trabajan en este sitio, precisamente con los turistas que quieran tener un recuerdo con la gran aglomeración de palomas que se posan allí, hicieron como bien dicen, su agosto, pues cada uno de los integrantes de la delegación, se fotografió con estas aves y en varios panoramas, para llevar su evocación a Pereira.

El Itinerario acordado para ese día, estaba casi retrasado, y se debía cumplir; luego de visitar la Plaza de Bolívar, debían ingresar a un recorrido por el Congreso de la República, lugar de trabajo de quien los traía a Bogotá y quien desde allí, trabaja para ellos y su región; Juan Carlos Valencia, el personaje que desde los preparativos para el arribo de esta delegación, ya daba por hecho, el éxito de esa visita, pues con fervor quiso, en lo posible, hacer de esos dos grandes días, inolvidables para esta delegación.

Después del recorrido por el Congreso, en donde se fue explicando cada uno de los sitios en materia de historia y actualmente qué se hace allí, el amplio y apreciado grupo, se dirigió a la sede del Partido Liberal Colombiano, partido que avala a su Representante, en él, conocieron parte de la historia y tomaron su almuerzo, claro, sin dejar un solo minuto de tomar fotografías que serán recuerdos de esta inmemorial visita.

Maloka, el Centro de Ciencia y Tecnología fue el siguiente destino, allí interactuaron con la ciencia y descubrieron algunas cosas inéditas, que por supuesto no sabían y quedaron registradas en sus memorias. No podía faltar la visita al Divino Niño del 20 de julio, allí concluyó el primer día.
Eran entonces las 7:30 de la noche, acababan de comer y Maritza, la Directora de esta fundación, la amiga y la guía, los convocaba para las 9:30 de esa misma noche, una pijamada…..lo que quería decir que cansancio no hubo.

Desde las 3:00 de la mañana, ya del viernes, se levantaban y se alistaban para esperar el recorrido de este último, pero anhelado día, el camino iniciaba en Monserrate o 'Monte en forma de dientes' que encierra en sus 3.131 metros de altura y en sus 402 años de historia del santuario, las aventuras y leyendas que se conjugan con la fe de los bogotanos, y ese día de los pereiranos.

Luego de participar de la celebración de la eucaristía en Monserrate, les esperaba la visita a la famosa Catedral de Sal en Zipaquirá, uno de los santuarios católicos más célebres del país; eran ya las 2:00 de la tarde, para irrumpir hacia la sabana de Bogotá.

Cada vez se aproximaba mas la hora de la despedida, hacia las 7:00 de la noche, los buses, con destino a Pereira, viajaban por la salida de Bogotá, dejando un grato recuerdo, una inmensa riqueza de alegría y un hasta pronto.