martes, 13 de mayo de 2008

POR LA RESTAURACION MORAL…A LA CARGA

La frase con que titulo este artículo debe tener cabida en la mente de muchos jóvenes a los cuales el nombre de JORGE ELIECER GAITAN no les debe decir mucho, como una frase de actualidad y una necesidad histórica con el porvenir. Después de 60 años del asesinato del líder liberal, su legado sigue vigente y las necesidades del pueblo que el representaba siguen en primer orden como si el tiempo no hubiera transcurrido, a pesar de que el país tiene mayor desarrollo y el nivel de vida de los colombianos haya mejorado.
Los colombianos participan de manera importante en las justas electorales, siguen a sus líderes con entusiasmo, pero de igual manera están dispuestos a revocarle el mandato cada que alguien se atreva a proponerlo. Ello no es un contrasentido, se debe a la mala imagen de la clase política, así yo haga parte de la misma, aun recuerdo cuando en campaña para la Cámara de Representantes me presenté a la institución de educación superior donde me eduqué, La Universidad Católica Popular de Risaralda, recorrí las pasillos de la universidad en compañía de amigos del claustro y en las puertas de la biblioteca me presentaron a un profesor que no conocía, al instante que él supo que yo era político, sin conocerme, sin saber mi pasado, ni mis actuaciones, hizo una mueca de desagrado, denigró de la clase política y salió corriendo con miedo a que le contagiara no se que virus. No comparto la actitud de este profesor que debe enseñar civilidad, pero refleja la opinión de un gran numero de compatriotas para quienes nosotros somos los culpables de todos los males del país.
De muchos de estos epítetos somos culpables por los innumerables episodios de corrupción en que actores de la vida pública aparecen involucrados, otros, para ser sinceros, se debe a una campaña de desprestigio en que vivimos los hombres públicos por parte de otros actores de peso en la vida pública a quienes le interesa ver a la clase política arrodillada para poder manipularnos y obtener la aprobación de sus proyectos sin la necesidad de asumir su desgaste. Pero la verdad sea uno u otro motivo, el legado del negro Gaitan sigue vigente, la restauración moral sigue siendo un imperativo de la clase política, hoy cuando un sin número de los congresistas están siendo investigados por asociación con grupos terroristas para alcanzar sus fines; cuando la legitimidad esta siendo cuestionada, es cuando tenemos que asumir el reto con la historia de recuperar los viejos valores de nuestros abuelos. A la carga todo el pueblo colombiano, porque también de ellos es la responsabilidad de elegir buenos gobernantes sin dejarse manipular por dadivas pasajeras; a los medios, porque a ellos les compete trasmitir con equilibrio sin importar quién paga la pauta; a los empresarios, que patrocinan hombres públicos para que defiendan sus intereses gremiales, pero ello nunca debe estar soslayado a las necesidades de la colectividad; a los jueces, a quienes les debe interesar los hechos más que el show, por que la justicia es ciega pero no muda; y obviamente a los hombre públicos, que nos involucramos en la vida política nacional para quienes debe primar el principio fundamental de bienestar de la colectividad por encima de las goces del poder .
Este nuevo aniversario de la muerte del hombre liberal nos debe servir, más que para recordar viejas glorias, que no quiero ser ofensivo porque las valoro y recuerdo; para recuperar caminos perdidos y alcanzar lo que las ciencias políticas buscan en su deber ser, la construcción de una sociedad más humana, solidaria e igualitaria. QUE VIVA JORGE ELIECER GAITAN.
JUAN CARLOS VALENCIA MONTOYA

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